Desmontando el Alzheimer

 

¿Te acuerdas, Papa?

¿Te acuedas de dónde vivíamos, de cómo se llamaba mamá, de los hijos que tuvisteis…? Todas estas preguntas salen de los familiares donde el Alzheimer ha hecho mella. En la residencia, a menudo, se oyen como una letanía, y ya casi no nos sorprenden. Sin embargo, en ocasión del Día Mundial del Alzheimer, las hemos vuelto a escuchar con atención, para recordar una vez más la enfermedad que remueve los cimientos de una familia cuando se diagnostica.

Montse, la hija de Francisco que llegó a Masdeu Hogar después de un diagnóstico y un tratamiento de hospital, celebra como una pequeña victoria cada vez que Francisco acierta a una de las preguntas que tanto miedo dan: ¿Sabes quién es… ? ¿Te acuerdas de…?  ¿Dónde fue…? La desmemoria es el efecto más evidente de la mayoría de las demencias, la que más temor produce, aunque también está el mal humor, la súbita desorientación.

Maldito Alzheimer que me ha arrebatado a mi padre, es lo que se suele pensar. Pero en la vida todo es posible, incluso rehacer una vida al margen de la memoria. Gemma Genovès, nuestra psicóloga y musicoterapeuta, no se cansa de repetirlo: hay maneras de seguir estableciendo un contacto con nuestro familiar afectado por esta enfermedad. Hay que cambiar los parámetros, pero la comunicación en su esencia sigue ahí. Sólo tendremos que revisar los códigos, tendremos que aprender de nuevo con todo el esfuerzo que conlleva. Es cuestión de voluntad.

Es una etapa más de la vida que pone a prueba los cimientos de las relaciones y de las creencias acumuladas. Pero aquí, en Masdeu Hogar, hemos visto y comprobado junto a Montse, Francisco, Gemma y todos los que convivimos con el maldito Alzheimer que ni tan maldito ni tan aterrador. Simplemente otro de los arduos caminos que conllevan la vejez.

Por eso, el próximo lunes 21 de septiembre, día mundial del Alzheimer, nos tomaremos la tarde en Masdeu para recordar la desmemoria y olvidarnos de sus efectos para llegar donde se debe: a lo más importante de las relaciones, a la comprensión sin fronteras, al afecto que nunca se desvanecerá mientras pongamos de nuestra parte.