Cuando llega el momento de decidir qué residencia es la más adecuada para mi madre o mi padre, seguramente lo menos importante es valorar si se sigue una «atención centrada en la persona» o no. Son una retahíla de palabras que surgen en las inevitables visitas a los distintos centros y que van calando poco a poco. Pero vamos a ver, ¿no se da por supuesto que la persona siempre tiene que estar en el centro? ¡Pues no!
Desde el punto de vista conceptual, en 2008 la Organización Mundial de la Salud definió la atención centrada en la persona (ACP) como «aquella atención que se consigue cuando se pone a la persona en el eje donde interactúan el resto de dimensiones relacionadas con: la intervención basada en la evidencia científica, organización del servicio, equipo, interdisciplinariedad y ambiente». Si nos quedamos con estas palabras, de poco servirá decir que en Masdeu Hogar trabajamos bajo estas premisas des de el primer día. Porque sencillamente no se entiende nada.
Pero, ¿qué sentido tiene en una residencia para la tercera edad?
Aunque algo más entendedoras son estas palabras puestas en boca de un residente: «Puedo planificar mi cuidado con las personas que trabajan para entenderme a mí y a mi cuidador o cuidadores, dándome el control y facilitándome los servicios para alcanzar los objetivos que son importantes para mí «. La clave está en recuperar el control que nos ha sido arrebatado a lo largo de los años y las dolencias. Y que el centro que escojamos pueda garantizar que así sea.
Hay detalles que son muy importantes para poder valorar si realmente una residencia para la tercera edad trabaja con esas directrices. Debemos preguntarnos si hay libertad de horarios de comidas, visitas, actividades… También si hay posibilidad de escoger lo que más apetece para comer. Si existe la figura del tutor para que sea la referencia de nuestro familiar. La respuesta afirmativa a estas preguntas significan mucho. Significan que hay una verdadera intención de dotar de la máxima autonomía posible a nuestros mayores, de respetar sus voluntades y que su bienestar sea definitivamente lo que nos ocupa.
