En un reciente artículo de un portal sobre residencias para la tercera edad, se planteaba la cuestión de si se vivía mejor en casa que en una residencia. Claro está, todo el mundo de apresuraba a afirmar que como en casa en ningún lado. Que si la comodidad de estar en casa con tus cosas y tus rutinas. Pero, ay, la soledad… Nos olvidamos que nuestros mayores ya no están en casa acompañados de sus familiares, o si lo están, estos se pasan la mayor parte del tiempo fuera de casa, relegando sus cuidados a otros fuera del núcleo familiar.
¿Se vive mejor en casa que en una residencia?
Esta reflexión estaba en boca de Montserrat, en ocasión de la fista del 34 aniversario de la residencia. Montserrat es la responsable que todo en Masdeu funcione como un reloj para que pueda desajustarse como en una casa de una familia numerosa. Sus palabras quedaban mezcladas entre el griterío de los niños que correteaban por el jardín por orgullo de los avis que teníamos congregados alrededor de las mesas, que parecían disfrutar más de las travesuras de los niños que de la emoción del momento.
Esos 34 años de una residencia para la tercera edad han dado para mucho, pero sobretodo han conseguido crear un hogar sólido, cálido y digno donde pasar la vejez en compañía de los nuestros. Al lado de gente que comprende y acompaña, que potencía lo bueno y respeta las decisiones íntimas de uno mismo. 34 años para seguir con los niños alrededor nuestro, que nos rejuvenecen día a día, porque si hay una constante en nuestro hogar, es que los pequeños son y serán siempre bienvenidos. Así que… ¡Felices 34! y ¡hacia los 35 con mucha ilusión!
