Cuando el bienestar se impone
Muy a menudo, en los centros geriátricos se impone una forma de gestionar, de tratar a los residentes, con una única visión medicalizada. El mundo gira entorno al objetivo de atender de la forma más adecuada y médicamente optimizada a los mayores, sin tener en cuenta la cuota de bienestar en los indicativos.
Una persona que un día antes estaba en su casa, descompensada pero con capacidad de decidir sobre algunas parcelas de su vida, se convierte un día después en un objeto programado sin capacidad de decisión, pero con los indicadores de salud compensados.
En esta tesitura, en Masdeu Hogar nos preguntamos siempre por su nivel de bienestar. El nuevo residente, ¿estará cómodo, a gusto, en su nueva situación?, ¿habrá abandonado sus capacidades para convertirse en un sujeto pasivo a causa de cuidados excesivos o, por el contrario, habremos sido capaces de mantener intacta la capacidad de gestionar su vida en la medida de lo posible?
Bien es verdad que llegados a un punto de demencia, incapacidad física, los cuidados se imponen en el quehacer diario de una persona, invadiendo sin quererlo parcelas de su vida que la mayoría de las veces inciden directamente en el bienestar de la persona. Entonces es nuestra obligación estar atentos a que la desmejora no signifique abandono de todas las facetas de la persona que ayudan a que la vida tenga sentido.
Para ello, Masdeu Hogar se reivindica como lo que es, un hogar, por encima de un centro asistencial donde sólo importa el estado de salud del residente.
- Con la asistencia adecuada e personalizada para cada residente.
- Con un sistema propio e innovador de gestionar las comidas donde el residente escoge, como haría en su casa, qué es lo que quiere comer.
- Con actividades voluntarias para todos los residentes, incluso los que más nos necesitan con un grado severo de dependencia, para ralentizar el deterioro físico y mejorar el estado emocional.
- Con espacios que invitan tanto a la actividad social, (salones, jardín) como a la intimidad personal (habitaciones, salitas con capacidad reducida) según el estado de ánimo de la persona.
En definitiva, el bienestar debería de ser el principal indicativo para valorar un centro geriátrico, además de las ratios establecidas de profesionales y la calidad de las instalaciones. Nada más y nada menos de lo que se le pide a un Hogar con todas las comodidades. Un hogar para vivir de forma plena todos los días de una vida.